viernes, 20 de noviembre de 2009

LA SORPRESITA DEL CHOLO


Se fumó, en silencio, la vuelta tras la operación ligamentaria en la rodilla derecha en el ostracismo del Polideportivo San Andrés, ante Chacarita, en Reserva. Bajo la tutela de Guglielminpietro, también contó minutos en el preliminar contra Colón y Central, éste último, como local, y algunos insultos ligó. En contrapartida, mantuvo el perfil bajo tierra, la voz baja, la declaración en el tono que pedía el microclima en la actualidad...

Agustín Orión irá al banco contra Huracán. Diego Simeone lo concentró. Desde el partido en el que mancó (contra Libertad, en Paraguay, el 5 de marzo de este año) que no integra una nómina de elite. Lo más cerca que estuvo de hacerlo fue ante Colón: viajó en el avión con el grupo para que no tuviera que hacerlo con el piberío en el micro. ¿Por qué ahora? "Porque el técnico lo ve bien", indican desde el entorno del entrenador. Y despejan cualquier atisbo de pedido de la dirigencia para que vuelva a merodear el césped y, de esa manera, mantenga cotización para ser vendido a partir de diciembre (Racing y Boca lo siguen observando). La duda, entonces, es si es éste el momento para su regreso a los primeros planos, después de tres derrotas al hilo, y de local, y con los hinchas crispados por el adiós a la Sudamericana y al torneo local (el ejemplo cumbre es lo ocurrido con el Papu Gómez). Ah, y en la semana que Marcelo Tinelli se corrió del fútbol del club.

En el inicio del semestre, fresco el pedido de libertad de acción si el Ciclón no le abonaba la deuda en un plazo de 48 horas, Orión arrancó como el sexto arquero del plantel, detrás de Migliore, Champagne (habitual suplente), Campagnuolo, Vega y Centeno. Desde el cuerpo técnico destacan "su actitud positiva con el grupo, acompañó en todos los partidos, siempre estuvo". Simeone ya se jugó dos tutes con Rivero y Aureliano Torres. Lo del Burrito le salió. Esta apuesta espera en el banco, pero es más fuerte por la resistencia que genera el portero en los hinchas. Desde el entuerto ante Liga de Quito, por la Libertadores 2008, la relación con el público se tornó espinosa. Habrá que ver si el fragor clásico lo hace pasar inadvertido para los visitantes. O si el pasado vuelve.

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